24 abril 2008

Cadiz.

Viaje a los carnavales de Cadiz, del dia 2 al 4 de Febrero del 2008


...mis parpados se han cerrado
después de hacer la maleta;
de cenarme la panceta
que en ensalada he tomado.


Sueños de viajes carnales
con el Carnaval montado;
sin careta y acostados
esperando el ¡¡riquiriiiing!!
que Cádiz quiere mostrarnos.


A las cinco y sin dormir
y harto de las vueltas dado,
me dirijo hacia la ducha
para salir aseado.


Un café descafeinado,
dos galletas, una manzana,
las pastillas y las gotas,
para que este el cuerpo sano.


A las 6:15, al autobús.
A la Plaza de El Hospicio
- por San Francisco nombrada-,
a las siete llega el bus
con personas ya montadas.


Salimos por los Almagros
recogiendo a un matrimonio;
disfrazados de demonios
con unos pelos muy largos.


La fauna es abundante;
la flora, es muy completa;
de plástico son las tetas
y hay un Buda, con tirantes.


Al momento nos dormimos.
Al pasar Despeñaperros,
el guía toca un cencerro
y dice que mas allá,
el bus tendrá que parar
para desaguar aquello.


Después y después también
de cantos chistes y risas,
de prisa pero sin prisas
El Puerto pronto de ve.


Nos reciben cuatro erales
metidos en un corral;
un gran macho, -por su "cuelga"-,
y un Tío Pepe con guitarra
que los invita a cantar.


Las rotondas promocionan
las bodegas que al pagar,
tienen allí con sus nombres
propaganda en el lugar.


Alberti tiene su busto
recordándote al llegar,
que el señor de La Paloma
tenia aquí su palomar.


A la izquierda El Guadalete
al Puerto le da compaña,
y va haciendo de muralla
por solo tener un puente.


Santa Maria es Hotel
bien situado y bonito,
calle Moros, sin moritos,
y nos quedamos en el.


A las quince, ya comidos,
se deshace la maleta,
hacemos larga la siesta
y después, a andar caminos.


A las veinte treinta ya
con la tripita bien llena,
abundante fue la cena
¡...y a Caí, al Carnaval...!.


Puente Carranza, Bahía,
astilleros recomprados,
playas y estadio cerrados...,
Puerta de Tierra, nos guía.


Plaza de San Juan de Dios;
sitio de encuentro seria,
para que dando las dos
el bus nos recogería.


Recoger, es un decir,
pues pensó la mayoría,
el continuar con la fiesta
hasta que se haga de día.
Al haber tanto transporte,
dificultad, no seria.


Noche alegre y bulliciosa;
de Cádiz, nadie allí habría,
pues la gente no sabia
el encontrar cualquier cosa.


De Pamplona, de Valencia;
los ingleses y alemanes,
de León y catalanes,
de Graná y de Palencia.


Sin pecar por imprudencia
vi manchegos a jartar,
algunos ya con tajá
por abusar de impaciencia.


No se calcular la gente,
apretados, si que están,
nadie me toco a mi el...
sin enterarme, será.


Filmando en mi maquinita
iba tomando mis notas,
la gente hace sus gracias
cuando al verme así lo nota.


A Plaza de Mina vamos
-nos llevan, diría yo-,
pues la Teo, que es la alcaldesa
dicen que dirá el Pregón.


Camino de aquella Plaza,
un grupo grande formo,
el ver que yo les grababa
y pronto un circo monto.


Un joven con su trompeta,
otro mas, con un tambor,
al momento unos platillos,
y dos mil alrededor.


Lo que sigue, no se cuenta,
no se hacerlo, buen lector,
solo se que las dos horas,
bañado estaba en sudor.


Había un chaval empeñado
a que chupara de un cono;
sin eñe, no penséis mal,
aunque aquello a mi fatal
me pareció de algún modo.


El chico hizo la cabra,
bailando por su escalera;
el trompetista tocaba
y el mozuelo rechupaba
de aquello que me ofreciera.


Con las cuatro ya sonadas
la fiesta fue decayendo,
los cubatas no faltaban
¿quien pagaría to aquello?


Yo se que pague unos veinte,
pero...¡oye!,
que yo me bebí doscientos,
¡...que no veía la cabra!
de lo que llevaba dentro.


Si puedo - voy a intentarlo-
el que podáis ver aquello;
aunque por los saltos dados
no se si lo habré gravado,
esta historia, que aquí os cuento.


Alas cinco, ya pasadas
regresamos hasta El Puerto.


Emilio.

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